Don Luis Acosta García,
nombre que sobrevivió,
muchas veces le cantaron,
hoy quiero cantarle yo.
Nació en Coronel Dorrego,
ciudad que no lo olvidó,
y al nacer ya estaba escrito:
"tenía que ser payador".
Enfrenó un día y salió
en aras de su destino,
recorrió muchos caminos
y en muchos desensilló;
cruzó su vieja provincia
por alfalfares en flor
y el viento le fue diciendo:
"tenés que ser payador".
Desparramando canciones,
de sur a norte cruzó
y en la armada de su lazo
la tradición se quedó.
Le cantó al llano, a la sierra
y al río caminador,
y el río se fue diciendo:
"tenés que ser payador".
Donde topó con troveros
hizo noche y su fogón
y el calor que le brindaron
se los pagó con canciones,
le dio la cara a los vientos
y al frío con su rigor,
el sol lo besó y le dijo:
"tenés que ser payador".
Soñó una noche con Vega
y el sueño lo decidió,
"Si Santos Vega payaba,
payador quiero ser yo".
Templó su gaucha guitarra
y ya de frente al mejor,
su fama siguió creciendo -
Luis Acosta "el payador".
Un día llegó a Rosario
y en Rosario se quedó,
recorrió cien pulperías,
y en otras tantas cantó...
Su fama siguió creciendo
y mejor entre mejores
fue Luis Acosta García -
¡payador de payadores!
Un día ya muy cansado
de tanto rodar te fuiste,
pero tu nombre perdura,
perdura porque cumpliste.
Dorrego que no te olvida
hoy te canta con amor:
don Luis Acosta García -
Dorreguero y payador.