¡Jarillero!
¡Jarillero!
Jarilla fresquita le vendo, señora de los ojos negros,
de chapecas largas y ondeados cabellos,
esos ojos negros, a este jarillero
le han quitado el sueño.
Señora, le doy lo que tengo
está el carro lleno de jarilla, chilca, pichana y romero.
Todo yo le ofrezco, mil yuyos del cerro,
por una mirada, señora de los ojos negros.
¿No sabe, señora? Yo le hablo a los cerros,
le cuento a los valles lo que tengo adentro;
le hablo de sus trenzas, de sus ojos negros,
hasta les declaro cómo yo la quiero
y eso que no digo, señora, todo lo que siento.
¡Jarillero!
¡Jarillero!
jarilla fresquita le vendo, señora de los ojos negros,
de chapecas largas y ondeados cabellos,
esos ojos negros, a este jarillero
le han quitado el sueño.
¡Jarillero!
¡Jarillero!
¡Jarillero!
¡Jarillero!
Para usted, señora de los ojos negros.