Me recuerdas una flor, una ilusión,
una estrellita alegrando mis nostalgias;
una canción de amor, un río, una pasión...
¡El cielo azul donde se van mis sueños!
Me recuerdas aquel beso de una vez,
que se da sólo cuando se entrega el alma.
Añoro tu calor, pensando que no estás,
tristemente me recuerda nuestro adiós...
No puedo hallar consuelo a mi tristeza
y me atormenta tu boca en mis sueños:
recuerdo tu candor, me invade el sinsabor...
¡Sólo pienso que tú nunca volverás!
Quiero pensar que fuiste algún verso
y, en sus estrofas, deshojé mis penas;
palideció tu amor, se apagó su fulgor
y nunca más volví a saber de ti...
Me recuerdas el paisaje de mi ayer,
el rubio trigo que doran los soles;
un ave, un manantial, un canto, un susurrar...
¡El néctar de una flor primaveral!
Me recuerdas el calor de mi niñez,
el fruto dulce de un amor en verano.
Un beso, un despertar, un tierno canturriar,
el serpentear del río entre las manos...
No puedo hallar consuelo a mi tristeza
y me atormenta tu boca en mis sueños:
recuerdo tu candor, me invade el sinsabor...
¡Sólo pienso que tú nunca volverás!
No puedo hallar consuelo a mi tristeza
y me atormenta tu boca en mis sueños:
recuerdo tu candor, me invade el sinsabor...
¡Sólo pienso que tú nunca volverás!
Sólo pienso que tú nunca volverás...
¡Sólo pienso que nunca volverás...!