La calle se estrecha y es más estrecha
con cada giro de las manecillas porque es estuario y no un delta
Esta calle al final no da elección.
Al final no hay elección.
Y el itinerario humano no preve ningún retorno
sino una ida un año como un día, sólo arena colorada
en la ampolla subyacente de mi reloj de arena.
El tiempo no se desafía.
El tiempo no se desafía.
Tú muévete por siempre perezosamente.
Se muere en el rigor,
en el movimiento ausente,
en el pensamiento sin amor.
Y es de esto que yo tengo miedo
porque cuando me detengo
ha llegado mi hora.
No ha terminado, no ha terminado.
Puede parecerlo pero la vida no ha terminado.
Basta tener un recuerdo y una perspectiva
para prescindir del tiempo.
No ha terminado, no ha terminado.
A pesar de todo lo malo no ha terminado
hasta que tenga un recuerdo y una perspectiva
para prescindir del tiempo.
Para prescindir de todo.
Para prescindir de mí.
Quien calla no es cierto que consiente.
Solamente que la negativa no siempre encuentra las palabras.
Modestamente yo tampoco entiendo pero resisto
y enmudezco de disgusto.
¿Pero qué comprenderé yo con todo esto?
¿Qué comprenderé yo con todo esto?
Comandantes, déjennos disfrutar.
Si toman decisiones decisivas sobre nuestras vidas
háganlo solamente en el momento sucesivo a su orgasmo.
Gracias a ese instante de paz
tendremos un mundo sin rabia,
un mundo sin guerra.
No ha terminado, no ha terminado.
Puede parecerlo pero la vida no ha terminado.
Basta tener un recuerdo y una perspectiva
para prescindir del tiempo.
No ha terminado, no ha terminado.
A pesar de todo lo malo no ha terminado
hasta que tenga un recuerdo y una perspectiva
para prescindir del tiempo.
Para prescindir de todo.
Para prescindir de mí.
Para prescindir de mí.