El cielo de mi niñez
tuvo un aroma de albahaca y pan;
Un sol de candor, bajo el sol...
Mi madre andaba en la luz
de una provincia de eternidad,
y era un regazo el dolor
y era ternura la flor del amor...
Allá,
quedó mi madre y la luz
pero, yo, tengo que andar
cuidando que, en la ciudad,
crezca la flor.
Yo sé que debo cruzar,
lejos del cielo de mi niñez,
un tiempo de furia y canción.
Yo tengo que rescatar
aquel aroma de albahaca y pan,
que la ternura me dio
como una rama de amor,
verde y sol...
Allá,
quedó mi madre y la luz
pero, yo, tengo que andar
cuidando que, en la ciudad,
crezca la flor...
El cielo de mi niñez
tuvo un aroma de albahaca y pan...