Ya no fumo, ni puedo beber vino,
tú sabes por qué.
Ni gafas uso, aunque nada veo,
y todo por ti.
Vivo solo con la paga de empleado de Ayuntamiento,
poco gano, mucho gastas y me cuesta la salud.
Me revuelvo y luego cedo por tenerte junto a mí
y tú en cambio me la pegas con el dueño de un café.
Ágata, tú que me entiendes, Ágata.
Tú no comprendes, Ágata, mira, entérate,
como este hombre se humilla por ti.
He dado caro por un reloj suizo,
tres años van.
Y hace tres años que ya lo sacudo,
y sigo igual.
Mi chaqueta gris oscura está ya descolorida
y se ha vuelto verde clara, ya la usaba mi papá.
Y me ha dicho el viejo sastre, ya no la puedo volver,
pues lo he hecho muchas veces y ahora más no aguantará,
y ahora más ya no aguantará.
Ágata, tú que me entiendes, Ágata.
Tú no comprendes, Ágata, mira, entérate,
como este hombre se humilla por ti.
Mi comida la tengo racionada,
siempre por ti.
A las mañanas solo un vaso de agua
y sin café.
Vuelvo a casa y no te encuentro y el portero que se burla,
¿Donde fuiste? a bailar, me conmuevo y pienso que,
Ya no echamos el julepe cada tarde tras el té.
Hoy me hago un solitario, miro al cielo y pienso en ti.
Ágata, tú que me entiendes, Ágata.
Tú no comprendes, Ágata, mira, entérate,
como este hombre se humilla por ti.