Me prendo de la guitarra
y quisiera que me saliera algo.
Me escondo en estos acordes
y un poco creo que estoy a salvo.
Al menos el tiempo corre
y estan conmigo, son mi respaldo.
No sé de donde salieron
y no se quién una vez los hizo.
Los uso porque los quiero
y si se me van se me mueve el piso.
Y como no tienen dueño
con su permiso los utilizo.
No tengo mucho que hablar
no soy tan locuaz como Zaratustra.
No sé mucho que decir
pero si me callo, muero de angustia.
Y en esos momentos, uno
hace lo que puede y se la rebusca.
Acordes de mi guitarra
no me abandonen por un ratito.
Recuerden que las clavijas
las apreté hace un momentito.
Y que de no haberlo hecho
no sonarían tan perfectitos.
Me muero si se me van
y con la madera de este instrumento
no alcanza para el cajón.
Así que es mejor que por el momento
se queden en donde están
y que no se rompa el encantamiento.
Por mientras esten sonando
las cosas van a pedir de boca.
Si paran entonces no
porque el marcador se me despelota.
Y pierdo contra la vida
por cuatro goles contra una sota.
Acordes de mi guitarra
les agradezco este favorcito.
Ya sé que puedo contar
con ustedes cuando lo necesito.
Así que si alguna vez
me acuerdo ser util, péguen el grito.