Un sábado día de raya
Benjamín se fue a cobrar
y junto con sus amigos
se fueron a emborrachar.
Benjamín llegó a su casa,
su mamá lo regañó,
pero Benjamín le dijo:
« el dinero lo gano yo ».
Su madre como enojada
una maldición le echó
delante de un Santo Cristo
que hasta la tierra tembló.
« Permita Dios, hijo mío
permitan todos los santos,
cuando bajes a la mina
te saquen hecho pedazos ».
Benjamín se fue a la mina
y no quería trabajar,
y uno de sus compañeros
no lo quiso relevar.
Bajó el primer escalón
el segundo se rompió
y otro de sus compañeros
en un paño lo sacó.
Vuela, vuela palomita
párate en aquel panteón
donde ya está Benjamín
muerto por la maldición.