Cada vez que pasa una generación
se mudan los gestos
que inspiran de nuevo
otra revolución.
Con la edad el tiempo ayuda a percibir
si has nacido tarde,
en tierra de nadie,
sin poder elegir.
En cada época y lugar hay marcas de identidad,
conductas suicidas que nadie entenderá.
A fuerza de vivir
se aprende a resistir en este vodevil.
Vidas que pasan sin importar.
Es la ley natural, fuerza incondicional
que ignora nuestra voluntad.
Sin querer se impone la desilusión
y llega el momento
de hacer el recuento
de lo que se perdió.
El ciclo se cerrará, el mundo abandonará
destinos cumplidos por otros que vendrán.
A fuerza de vivir
se aprende a resistir en este vodevil.
Vidas que pasan sin importar.
Es la ley natural, fuerza incondicional
que ignora nuestra voluntad.