Ayer tarde la vi por Florida
pensativa mirar un rincón,
sollozando la pobre me dijo:
ya no quiero saber de los hombres
ni sentir más palabras de amor.
Son tan agrios aquellos recuerdos
que conservo del tiempo mejor,
que aunque quiera volver a vivirlos,
es tan grande la pena que siento
que me mata el recuerdo de ayer.
No me hables de amor,
su voz exclamó
latiendo su pecho
de tanto dolor.
No me hables de amor,
me dijo otra vez
y dándome un beso
así murmuré...
Quiéreme en silencio
como nadie quiso,
bésame en la boca
con dulce ilusión,
y así me compensas
las penas pasadas
y el fuerte latir
de mi corazón.
Recordando aquel día pasado
nunca más al cruzar la miré,
mas mi alma volvióse rebelde
y mis labios bajito dijeron:
como a nadie a ti te querré...
Pués el beso que me dio tu boca
con ardientes deseos de amar,
como fuego mis labios quemó
y al sentir tan feliz embeleso,
con el beso, un cariño nació.
No me hables de amor,
su voz exclamó
latiendo su pecho
de tanto dolor.
No me hables de amor,
me dijo otra vez
y dándome un beso
así murmuré...
Quiéreme en silencio
como nadie quiso,
bésame en la boca
con dulce ilusión,
y así me compensas
las penas pasadas
y el fuerte latir
de mi corazón.