Tómame o déjame,
pero no me pidas que te crea más.
Cuando llegas tarde a casa
no tienes porque inventar,
pues tu ropa huele a leña de otro hogar.
Tómame o déjame.
Si no estoy despierta, déjame soñar,
no me beses en la frente:
sabes que te oí llegar,
y tu beso sabe a culpabilidad.
Tú me admiras porque callo y miro al cielo,
porque no me ves llorar.
Y te sientes cada día más pequeño,
y esquivas mi mirada en tu mirar.
Tómame o déjame,
ni te espío ni te quito libertad.
Pero si dejas el nido,
si me vas a abandonar,
házlo antes de que empiece a clarear.
Tú me admiras porque callo y miro al cielo,
porque no me ves llorar.
Y te sientes cada día más pequeño,
y esquivas mi mirada en tu mirar.
Tómame o déjame
y, si vuelves, trae contigo la verdad.
Trae erguida la mirada,
trae contigo mi rival.
Si es mejor que yo, podré entonces llorar.